domingo, 10 de junio de 2018

Quizás


   … Y tras horas de un fiero pero infructuoso asedio, después de haber abortado cuatro intentos de asalto de la infantería inglesa, el destacamento español cesó por completo en sus disparos. Pensando que se podría tratar de una nueva estratagema el mando británico ordenó pequeños acercamientos, cada vez más atrevidos, a los parapetos. Al no obtener respuesta bélica se dispuso el ataque final. Tal y como se preveía no quedaba munición entre los defensores que, aun así, combatieron a cuchillo hasta el último hombre sin solicitud alguna de cuartel. Una vez ocupada la villa no se encontró rastro de la población civil. Todo lo aquí descrito lo confirma el testimonio de dos prisioneros ingleses capturados tras nuestra llegada.

Bonifay, a 10 de junio del año de Nuestro Señor de…

   ¡No! Seguía habiendo demasiado honor, demasiada gloria. Por tercera vez esa mañana el mayor Elvin Parsons arrugó el borrador de su informe y lo arrojó con furia al suelo. De nada había servido reducir el número real de bajas entre los casacas rojas o aumentar el de defensores españoles. Quizás debiera incluir deserciones en las filas hispanas. Quizás explicar que, en la desesperación de los instantes finales, salieron huyendo ante la cercanía de la muerte. O como quizás, cansados de luchar en una guerra que no era la suya, se entregaron al enemigo con la esperanza de un trato civilizado.

   Pensándolo bien quizás no debiera escribir ese informe, quizás la pequeña villa de Bonifay nunca fue atacada y saqueada por los ingleses. Quizás sus habitantes no tuvieron que ser evacuados mientras un puñado de extranjeros se sacrificaban por darles tiempo a ello. Quizás debiera ordenar fusilar a los prisioneros. Quizás eliminar todo rastro del paso del destacamento español por la villa. Quizás enterrar sus cuerpos en una fosa común sin lápida ni mención alguna. Quizás lo mejor para el futuro gobierno de las trece colonias fuera olvidar las ayudas españolas recibidas y sus ya comunes acciones heroicas. Porque quizás, solo quizás, el amigo de hoy sea el enemigo de mañana.

#bajodosbanderas

miércoles, 16 de agosto de 2017

Sacando Punta...a "El asesinato de Sócrates" de Marcos Chicot



     Tercera obra de Marcos Chicot que he tenido el placer de leer, y esta vez con una gran diferencia respecto a las anteriores (“El Asesinato de Pitágoras” y su continuación “La Hermandad”), las altas expectativas que me había creado sobre la misma. ¿Y por qué esa esperanza en encontrarme ante una gran novela histórica? Muchos motivos parecían avalarla.

      En primer lugar, el reconocimiento literario que ya había recibido al ser finalista del Premio Planeta 2016, y ya desde un punto de vista más personal, la época histórica en la que se desarrolla la trama (la Guerra del Peloponeso siempre me ha parecido un escenario magnífico) e incluso el propio título del libro, que pareciera esté utilizando el autor para escribir la serie de thrillers históricos “El asesinato de…” los filósofos griegos más importantes.

·         La reiteración de los “No-Muertos”

            A lo largo de la trama Marcos Chicot sabe, sin lugar a dudas, mantener la atención del autor mediante el uso de una narrativa ágil que ayuda al lector a sumergirse en la Grecia Clásica y vivir las aventuras y desventuras, alegrías y tristezas, de los personajes como si de él mismo se tratasen. Unos de los recursos utilizado para ello, que paso a describir a continuación, es el que me he tomado la ligereza de bautizar como el de los “No-Muertos”.

            Dicho recurso puede parecer en su base simple, pero requiere de una gran maestría literaria para poder llevarlo a cabo de forma correcta. Se trata de, en un momento de máxima tensión en el que uno de los personajes se encuentra en una situación crítica con grave riesgo de perder la vida, finalizar el párrafo o el capítulo en el instante exacto en el que se produce su muerte. La historia continúa, normalmente transportando al lector a otra trama paralela con otros personajes distintos para, al volver a nuestro difunto, sorprenderle con una supervivencia cuasi milagrosa del personaje en cuestión.

            El artificio del “No-Muerto” es realmente efectivo si se sabe llegar a cabo con la maestría con que Marcos Chicot lo hace, pero quizá por ello, sabiendo el propio autor del gran impacto que es capaz de llevar a cabo sobre el lector, lo utiliza en demasía llegando a perderse el factor sorpresa y por tanto la tensión narrativa. Veamos algunos ejemplos del abuso de “No-Muertos” en “El asesinato de Pitágoras”:

- El recién nacido Perseo parece ser devorado por lobos hambrientos al ser abandonado en la montaña. Más adelante se descubre que eran los perros de la bruja/hechicera que lo recogió (con no muy buenas intenciones, ciertamente). Primer “No-Muerto” de la obra y realmente eficaz en cuanto a su impacto, me quedé sin duda sorprendido ya que no lo esperaba en absoluto.

 - Aristón tiene presa a Deyanira en el calabozo, y tras golpearla y torturarla la apuñala. El autor deja tan claro que la puñalada es prácticamente mortal, tanto por la rabia con que transmite que Aristón la lleva a cabo como por la descripción de la herida realizada, que mi escepticismo fue mayúsculo cuando se reveló que solo fue una herida, grave sí, pero de la cual sobreviviría…
        
      - Tras dejar a Deyanira “No-Muerta”, Aristón se dirige a su pelea definitiva con Perseo, finalizando la misma con el golpe de gracia que acaba con la vida de Perseo totalmente indefenso en el suelo. Una vez más nada que ver con la realidad. Un nuevo milagro muestra, tras volver de otra trama paralela, que Perseo logró librarse del golpe definitivo para finalmente vencer a Aristón.

      Como uno se puede imaginar, el lector poco a poco va dejando de creer en lo que lee, y comienza a pensar que los personajes principales, por los que siente empatía, no fallecen, si no que algo sorprendente ocurrirá que les hará salvarse. Dicho escepticismo llega a su momento más álgido entre los dos últimos ejemplos, ya que su separación en la trama es ínfima, ocurriendo en episodios de la historia prácticamente consecutivos. Quizás hubiera sido más impactante, dada la repetición de tanto “No-Muerto”, haber acabado con Deyanira y así no recordar al lector las grandes sorpresas que ayudan a los personajes principales a sobrevivir en situaciones crítica en esta novela.

·         EPÍLOGO de Sacando Punta

      Tras no haber sacado excesiva punta al “Asesinato de Sócrates”, no voy a sorprender ni levantar un “No-Muerto” si llegado a este punto califico la novela como una gran obra literaria que sin duda merece los premios, menciones, y el crédito que se ha ganado. De forma fantástica Marcos Chicot nos transporta a la guerra del Peloponeso a través de una trama fresca que siempre mantiene la atención del lector, y que deja ver un importante trabajo de documentación para llevar a cabo una ambientación sublime de la historia.


      Por otra parte, una de mis novelas preferidas siempre ha sido “Vientos de guerra”, de Steven Pressfield, la cual también transcurre en la misma época histórica, relacionada con la muerte de Sócrates, y transcurriendo la trama a través de la vida de Alcibíades. Debo felicitar a Marcos Chicot por haber recreado perfectamente el carácter de Alcibíades y su importancia en la Atenas de la época, consiguiendo trasladarme a la Grecia clásica y sentirme parte de la trama de la novela de una manera tan profunda como años atrás logró Steven Pressfield.

jueves, 26 de enero de 2017

Sacando Punta...a "Las Cadenas del Destino" de Sebastián Roa



      Haciendo ya cinco o seis años desde que leí por primera (y última vez) una novela de Sebastián Roa (“Venganza de sangre”), estas Navidades ha llegado a mis manos en forma de regalo “Las Cadenas del Destino” (muchas gracias a mis suegros sabedores de mi gran afición por la novela histórica, especialmente por aquellas ambientadas en las edades Antigua y Media).

      Ilusionado por el regalo, tanto como por la curiosidad de comprobar cómo se narraba un episodio tan importante del medievo español quizás poco tratado en el ámbito literario, me dispuse inmediatamente a su lectura.

      “Las Cadenas del Destino” tiene lugar en el periodo comprendido entre finales del siglo XI y comienzos del siglo XII. Comenzando con la flagrante derrota del bando cristiano en la batalla de Alarcos y concluyendo con la victoria definitiva de estos mismos sobre el imperio almohade en las Navas de Tolosa. La novela relata la gestación durante años del triunfo de la coalición cristiana, a través de una trama repleta de intriga, honor, fanatismo, redención, e incluso de la mismísima creación del Cantar del Mío Cid.

      Tras esta breve descripción del argumento, pasamos directamente al tema que nos atañe, ¡a sacarle punta!


·         ¿Sebastián Posteguillo o Santiago Roa?

      Tras haber leído en su momento las trilogías de Escipión y Trajano de Santiago Posteguillo (del cual me confieso seguidor incondicional), me ha sorprendido la gran similitud entre la técnica literaria de Sebastián Roa en “Las Cadenas del Destino” y la empleada por Santiago Posteguillo en su obra. En ambos casos la novela está estructurada en capítulos, generalmente de una extensión relativamente corta, variando el punto de vista desde el que se cuenta la trama en cada capítulo desde el de un personaje a otro. 

      Se trata este de un recurso muy extendido en la novela histórica cuando la trama transcurre durante un periodo de tiempo muy largo (años o décadas), pero, aun así, se podría leer un capítulo aislado del libro y atribuirse el mismo a Santiago Posteguillo. Quizás Sebastián Roa debiera tratar de plasmar su sello personal de una forma más remarcada con el fin de evitar que se pueda considerar que se hubiera subido a la ola de éxito de la frescura narrativa de Santiago Posteguillo.

·         La previsibilidad de Ibn Qadish

      De toda la maquinación de Leonor de Plantagenet para conseguir una alianza entre los reinos cristianos y un escenario de batalla propicio contra los almohades, la parte referente al papel de Ibn Qadish, caudillo almorávide, me parece bastante inverosímil.

      Los resultados de años de tejemanejes y de conspiraciones se resuelven casi al azar, dejando una de las partes más importantes del plan a los azares del destino (que no “las cadenas del destino”). El “Calderero” podría no haber asesinado a Ibn Qadish, quizás le podría haber encerrado en una mazmorra (con lo cual sus hombres quizás no se hubieran retirado de la batalla por miedo a que sufriera las represalias), o haber tomado a su familia como rehén para asegurarse de su lealtad, o haber conseguido el efecto contrario al narrado asignándole la defensa de su ala como tarea de redención, o un largo etcétera. 

      A la alianza cristiana le tocó la lotería al jugársela a predecir cómo iban a actuar tanto Ibn Qadish como el Califa o el “Calderero”. Mucho riesgo y azar para poner la guinda a un plan que requirió hilar muy fino en diversos muchas de sus fases.

·         EPÍLOGO de Sacando Punta

      Aunque mi crítica a la técnica literaria de Sebastián Roa comparándola con la de Santiago Posteguillo pueda parecer sangrante nada más lejos de la realidad. “Las cadenas del destino” es sin duda una obra portentosa que narra de forma magistral una época de la historia de España bastante abandonada (nada atípico en este nuestro país), y que la devuelve a la vida envolviendo al lector de principio a fin.

      La novela comienza de forma trepidante y captando de forma sublime la atención del lector,  pero quizás después de su primer tercio disminuye la tensión narrativa y se vuelve un poco más anodina. El plan de Leonor de Plantagenet, con la judía Raquel mediante, quizás se alarga en demasía en la trama y no siempre es creíble en su totalidad.

      En resumen, y a pesar de toda crítica realizada, novela cien por cien recomendable tanto por su interés como por el buen hacer del autor. Tanto es así que ya me he hecho con los dos volúmenes anteriores de la trilogía para su lectura (aunque sea el tercero, se puede sin problema leer “Las cadenas del destino” de forma independiente).


martes, 13 de diciembre de 2016

Sacando Punta...a "La caza de las águilas" de Ben Kane


      La novela nos sitúa cinco años después de la batalla de Teutoburgo y vuelve a mostrarnos los hechos, al igual que su predecesora, desde el punto de vista del centurión Tulio principalmente (aunque en determinados capítulos lo hace desde el de alguno de sus legionarios o del mismísimo Arminio). 

      La historia  avanza con Tulio enfrentándose a un motín de las legiones acantonadas en Germania (dos tercios de la novela), para en la parte final revivir Teutoburgo con una nueva incursión romana en Germania.

      Pero dejo rápidamente la sinopsis de la novela, que se puede encontrar en cualquier referencia de la misma, y paso a Sacar Punta a aquellos aspectos de la misma que menos me han encandilado.   



·         El Trauma de Tulio

      Tulio sigue apareciendo como un centurión de una valía inusual dentro de las legiones romanas, un líder nato que afronta cualquier situación con sensatez, valor, y lealtad. Pero esta vez se muestra marcado por la pérdida de sus hombres y del águila de su legión en Teutoburgo, hecho que le hace sentirse extremadamente culpable y responsable y para el que desea poder redimirse ante la nueva oportunidad que le brinda Germánico.

      El trauma de Tulio comienza siendo un acierto, dado que muestra como el personaje se comporta como lo haría un soldado de nuestro tiempo ante la misma situación (podría ocurrirle a cualquier veterano de Irak o Afganistán), pero poco a poco empieza a hacerse demasiado recurrente e incluso pesado para el lector. Con las primeras tres o cuatro referencias creo que hubiera quedado claro. No hace falta que se comente, cada vez que Tulio ve una charca, ¡que le recuerda a los pantanos de Teutoburgo y a sus camaradas caídos en él! 

·         La Ratonera Romana

      Para seguir sacando punta a “La caza de las águilas” voy a avanzar casi hasta el final, a la batalla de los Puentes Largos, cuando los germanos ávidos de sangre y creyendo aterrorizados a los romanos, se lanzan al ataque del campamento mientras las legiones se mantienen formadas en silencio en su interior.

      Los germanos escalan la empalizada y contemplan al ejército romano, se detienen unos segundo estupefactos según la narración y…¿avisan al resto de los asaltantes? ¿los líderes tratan de frenar el ataque?

       Pues no, se lanzan muralla abajo al interior del campamento para ser pasados a cuchillo por los romanos. Es cierto que el valor para los germanos consistía en lanzarse a la batalla a pecho descubierto, pero es difícil creer que viendo a las legiones plantadas en formación no se les pasara por la cabeza detener el ataque. Aunque solo se debiera a que los tendrían a su merced simplemente dejándoles tratar de salir de los pantanos (básicamente repitiendo Teutoburgo).

      Se puede defender la narración de la batalla indicando que así lo describen los historiadores de la época. El problema es que indagando un poco más éstos explican cómo, una vez que los germanos comenzaron a saltar las empalizadas, legiones romanas salieron por las puertas del campamento envolviendo a los asaltantes en varios frentes y desatando, ahora sí, la correspondiente carnicería.

      Muy pobre la trampa romana para tan gran resultado como obtuvo. Como nos oyeron gritar de miedo en la noche vamos a quedarnos aquí dentro en formación y calladitos, que los germanos van a venir confiados directos a ensartarse en nuestros pilum. Muy, muy infantil para mi gusto.

·         La Muerte de Telio

      Como en toda serie narrativa, en esta trilogía de las águilas nuevos personajes van apareciendo mientras que a otros les toca despedirse. Este último es el caso del legionario Vitelio (Telio), superviviente de Teutoburgo en la entrega anterior, y que esta vez no sobrevivirá a la batalla de los Puentes Largos.

      Aunque es de agradecer el intento del autor por dar emoción y suspense, al ocasionar la muerte de Vitelio cuando quizás menos peligro corría y una vez concluida la batalla, ¿algún lector no daba por hecho que Vitelio moriría al acercare a saquear al germano moribundo? En este caso, el guion se vuelve inocente y previsible. Ben Kane no consigue sorprender al lector y la previsibilidad le quita dramatismo al pasaje…Muerte sin pena ni gloria para un personaje al que podría tildar de simpático para el lector y que quizás hubiera merecido una muerte más digna de recordar.

·         EPÍLOGO de Sacando Punta

      Una vez más el autor sigue linealmente acontecimientos históricos, incluyendo hasta aquellas anécdotas que, no siendo relevantes para el hilo argumental, fueron recogidas por los historiadores de la época. Ben Kane ha demostrado ser un gran narrador que sabe captar la atención del lector, pero no sabemos si su capacidad imaginativa  al salirse del carril histórico está al mismo nivel.

      Hasta el momento la trilogía de las Águilas se sostiene gracias a unos personajes con potencial y a un ritmo narrativo entretenido, vibrante, e incluso brillante en ciertos pasajes, pero no sabemos si ello bastará para hacer triunfar el siguiente volumen al mismo nivel que los dos anteriores.

     Unir hechos históricos como si fueran retales no siempre es sinónimo de éxito. Una buena preparación bibliográfica es fundamental, pero debe utilizarse más como base de la novela que como un guion estricto a seguir.

      ¡Veremos si el final de la trilogía mejora en este aspecto y las Águilas de Roma se alzan hacia el cielo o por el contrario se hunden en las ciénagas germanas!

Sacando Punta... a este blog



      Saludos a todos, lectores y amantes de los blogs.

      Antes de empezar a sacar punta a aquellos libros que desde mi humilde punto de vista merezcan la pena (y que yo haya leído 😁), quisiera aclarar un poco el objetivo este nuevo blog "Sacando Punta".

      No se trata de un blog con la intención de recomendar o aconsejar a ávidos lectores en busca de nuevos libros que devorar (aunque no se excluye totalmente esta opción). La idea principal es tratar de abrir hilos de discusión, siempre desde el respeto, sobre aquellos puntos y aspectos de los libros que nos parezca que podrían haber tenido un cierto margen de mejora.

      Con ello quería clarificar que el blog está enfocado a personas que ya han leído las novelas (y a las que animo a añadir su opinión al respecto de las mismas y de mis propios comentarios), ya que se podrían revelar aspectos del argumento que "destripasen" la historia a futuros lectores de las mismas.

      Por último, señalar que el incluir una novela en este blog no es sinónimo de infravaloración por mi parte, todo lo contrario, significará que ha conseguido llamar mi atención lo suficiente para dedicarle una reseña en este blog.'¡Todo un honor!

     ¡Únicamente me queda ya animaros a disfrutar y participar!